Carlos ya había comenzado a rearmar su identidad ante la sociedad y poco a poco fue demostrando quién es. Hace un tiempo le contó a Mariana que él fue criado por su padre y que nunca estuvo ausente como había dicho la prensa. Que por las obligaciones de su carrera política no pudo compartir más cosas como le hubiera gustado pero aseguró que siempre estuvo con él. También contó que no lleva el apellido Menem porque hay temas que escapan al ex mandatario que hicieron que no se pueda concretar y manifestó seguridad de que algún día gane el juicio que tiene por ese motivo. Respecto de su madre dijo que quiere valorar el trabajo que ella hizo porque “hizo muchas cosas buenas desde la política”.
Ahora Carlos necesita despegarse de la imagen política de Carlos Menem. El no quiere que lo confundan y lo tilden como igual a sus padres, dijo que él “es diferente”. Dijo que mil veces reconoció los errores de su padre y discutió con él por eso pero que es algo que no cambia el amor que siente por el ex mandatario. También manifestó que está muy orgulloso de todo lo que hizo su madre.
Mientras tanto, su estrategia para “el adentro” es conquistar a Lissa y ganarse el apoyo de Diego, otro de los jugadores fuertes de la casa. Ella viene contenida luego de dos galanes que le coquetearon, la “confundieron” y finalmente no llegaron a nada. Ahora, el que coquetea con ella es Carlos, le hace mimos, la invita a tomar algo y hasta le hizo una propuesta de estar solos. Ella se siente halagada ante tantos mimos pero no afloja, obviamente. Hay que ver si ella se da cuenta de que se trata de una jugada del formoseño para sumar adeptos a su favor. Habrá que ver cómo sigue todo.