En no más de diez minutos, dos personas se hicieron de aproximadamente 250 mil pesos, en un robo que llama la atención de los investigadores policiales con más experiencia, por la meticulosa tarea de inteligencia que hicieron y el detallado conocimiento del movimiento de dinero que tenía la expendedora de combustible. Habían pasado casi 20 minutos de las 9 de la mañana cuando llegaron al lugar dos empleadas provenientes de otra estación de servicio –del mismo dueño- ubicada en Quintana y Besares, de la ciudad de La Banda. Cargaban alrededor de 50 mil pesos que habían sido recaudados durante el fin de semana largo.
Ingresaron en la oficina ubicada frente a la playa de surtidores, ante la vista de todo el mundo: expendedores, lavacoches, clientes, también de trabajadores que habían sido contratados para hacer mejoras en el establecimiento. Sin embargo, nadie dice haber visto que un sujeto fue tras los pasos de las mujeres. De acuerdo con el relato recogido por la policía, el delincuente, de unos 30 años, se paró frente a la puerta de vidrio polarizado, golpeó un par de veces y esperó. El dueño del local abrió rato después. Sin mediar palabras, el hombre atravesó la pierna contra la puerta y le apuntó discretamente a su víctima con una pistola.
“Quedate tranquilo y decile a tu hijo que venga”, le ordenó. El hijo del propietario, de unos 35 años, estaba en ese momento con las personas que habían contratado para pintar la playa. El muchacho acudió al llamado de su padre y por detrás de él apareció otro delincuente que le apoyó un arma en el cuerpo.
Rápidamente ingresaron los cuatro en la oficina. Ya en el interior, sin violencia, pero enérgicos, los asaltantes reclamaron todo el dinero. “No tenemos nada”, le respondieron inútilmente.
En ese instante, uno de los delincuentes subió a la planta alta de la oficina, donde sorprendió a una de las empleadas cuando contaba fajos de billetes sobre un escritorio. Estaba –según los informantes- con todo el dinero que se había recaudado entre el viernes y el lunes pasado en las estaciones de servicio de La Banda y de la ruta 34 y 51.
Sin perder tiempo, todos los billetes fueron guardados en un maletín que encontraron en el lugar y luego de maniatar a sus víctimas con una cinta de embalar, uno de los sujetos salió de la oficina para dirigirse hacia la parte trasera, donde esperó que su cómplice le arrojara el botín a través de una pequeña ventana. Terminada la operación, el otro delincuente abandonó el área administrativa de la estación de servicios tratando de no despertar sospechas. Caminó hasta un estacionamiento lateral ubicado a unos veinte metros y se subió a un auto negro, donde lo esperaba su compañero.
Partieron por la ruta nacional 34, hacia el sur de la provincia. Hasta anoche no había pistas del robo de los 250 mil pesos, pese a que la policía lanzó rápidamente un operativo cerrojo, para evitar la salida de los ladrones por las principales rutas.
Fuente: elliberalweb.com.ar