Con gritos, policías al borde de un ataque de nervios y serenos lanzándose cuerpo a tierra entre las sepulturas, la familia dio el último adiós a “Ceci” Montenegro, muerta de cuatro tiros por Pablo Alejandro Peralta, en el interior de un albergue transitorio bandeño.
La antesala de semejante desenlace fue la casa familiar en el barrio Paraíso. Según varios travestis y amigos, intentaron en vano participar del velatorio de ‘Ceci’, cuyos restos fueron entregados por la Justicia anteayer cerca de las 19. La ceremonia fue sólo familiar.
En la víspera, padres y hermanos (7 personas en total) condujeron el féretro hacia la necrópolis. Justo a las 9 ingresó el grupo hacia los fondos del cementerio.
De acuerdo con testigos, mientras un hermano cubría con tierra el cajón, arribó una tía y madrina de ‘Ceci’, acompañada por dos travestis y otros parientes de la víctima.
“Se van todos a la m...”, habría ordenado el hermano de ‘Ceci’. No conforme, tomó la pala y enfrentó a los recién llegados.
Para neutralizar cualquier bochorno, los visitantes salieron corriendo y se detuvieron fuera del cementerio, desconcertados y sin entender el porqué.
Treinta minutos después se presentaron cerca de 20 travestis. Aún con la experiencia reciente, afirmaron que tenían derecho a darle el último adiós a la víctima.
También enfilaron hacia el sector de sepulturas bajo tierra. Esta vez, el hermano, el padre, un sobrino y varias mujeres pasaron de las palabras a los hechos.
Durante varios minutos, los travestis habrían recibido golpes de puño, con palas, palos y ladrillos.
“Llamen a la policía”, gritaban los sepultureros, imposibilitados de poner fin a la agresión.
Sin distinción de sexo o edad, los ataques partieron de hombres y mujeres. Los blancos elegidos fueron los travestis que debieron replegarse a la salida de la Misericordia.
La presencia policial apaciguó los ánimos y decidió a los travestis volver al cementerio, intuyendo que la familia ya se había retirado.
Nada lejano a la realidad. Cuando los travestis rezaban junto a la cruz de ‘Ceci’, desde afuera del cementerio sobrevino una “lluvia” de ladrillos.
Al parecer, eran los familiares que se habían ubicado en la tapia de calle Libertador para atacarlos.
Fuente: elliberal.com.ar