Aquella siesta sobrevino la tragedia mientras Rodríguez se encontraba bajo el cuidado de la menor, también junto con su otra hija Sabrina.
Originalmente, el joven arribó al hospital de La Banda gritando. “Ayúdenme. Mi hija se ha quemado con agua caliente y se golpeó la cabeza en el baño”, explicó a los médicos.
Sin embargo, los profesionales advirtieron signos de violencia en la niña. Pidieron la intervención policial y la detención de Rodríguez.
Anoche la Justicia bajó el telón a una historia triste, de constantes desencuentros, peleas de pareja y el horror por el luto de Milena.
Dureza fiscal
En la última audiencia del juicio oral la fiscal Olga Gay de Castellanos afirmó que Rodríguez fue el homicida de su propia hija.
Con un alegato extenso, contundente e implacable, la fiscal pidió a los vocales que el joven fuera condenado a 35 años de prisión, al considerar que dada su condición de padre tornaba más grave el delito de homicidio.
Luego, la defensa consideró que su cliente “será vago, de poco amor por el trabajo, pero no homicida. La letrada manifestó que la muerte de la niña fue resultado de un desafortunado accidente, pero no una acción buscada por Rodríguez”.
Ahondó: “En su afán desesperado de ayudar a su hija, Rodríguez cayó en el baño y se ha golpeado con su hija”, acotó.
A criterio suyo, el tribunal debería juzgarlo por homicidio culposo, o bien homicidio preteritencional, ya que no hay certeza de que él haya deseado matar…”
A las 20.30 los jueces sellaron la suerte de Rodríguez. Con el voto en disidencia del Doctor Juan Carlos Storniolo, sus pares Osvaldo Pérez Roverti y Graciela Viaña de Avendaño condenaron a Rodríguez a prisión perpetua.
Por el contrario, Storniolo juzgó que el joven debía ser condenado a 25 años de prisión.
Fuente: elliberalweb.com.ar
