Las pericias químicas que se realizarán la próxima semana, buscarán confirmar cuál es el grado de contaminación que ocasionan.
El fiscal de esa circunscripción, Roberto Mazzucco, encabezó el acto junto a personal judicial y policial, y según se supo, la inspección habría corroborado que los olores que despiden las aguas desechadas, de un color amarillo, son realmente nauseabundos y muy fuertes.
La inspección comenzó en la planta fabril ubicada a la vera de la ruta nacional 157, desde donde parte una tubería que, medio kilómetro después, arroja las aguas.
Si bien la cañería mide un kilómetro, a la mitad del trayecto presenta una rotura por la cual expulsa las sustancias.
Los efluentes se extienden por varios kilómetros a cielo abierto, formando lagunas de diferente envergadura, ubicadas en forma paralela la ruta 20 que ingresa a la ciudad de Recreo.
Además la medida sirvió para corroborar que cerca de esta agua estancadas, hay niños jugando y ganado pastando.
La semana próxima viajarán peritos de esta Capital para tomar muestras de las sustancias desechadas, las que luego serán llevadas al laboratorio de criminalística para someterlas a análisis microbiológicos y físico químicos, para develar el grado de contaminación que ocasionan.