El siniestro se originó en un dormitorio, y al parecer fue causado por un corto circuito, que recién fue advertido por los moradores cuando notaron el humo.
Las llamas comenzaron a extenderse rápidamente por toda la habitación, y con la lógica desesperación, los moradores intentaron apagarlas, pero tuvieron que esperar la llegada de los bomberos.
Una dotación arribó al domicilio, y aunque lograron sofocar el fuego, no pudo evitar los importantes daños materiales.
Los colchones de dos camas, un pequeño ropero, una mesa de madera, prendas de vestir y cartones que estaban apilados dentro de la habitación, fueron consumidos por las llamas.