El hecho se descubrió a las 8 de la mañana, cuando el propietario del local, de apellido Pinto, llegó a su negocio ubicado en calle Prado, entre avenida Virgen del Valle y Caseros.
Los delincuentes aprovecharon que el local no tiene alarma, rompieron una de las vidrieras con una piedra, y se apoderaron de diversas prendas.
A pesar de que el comercio funciona en un sector con tránsito fluido y colinda con domicilios particulares, nadie vio ni escucho ningún ruido extraño.