El hecho, que fue dado a conocer ayer por la mañana, sucedió a las 7 del miércoles en una propiedad de la calle Del Lenguado 1065, a la que las chicas regresaban luego de una salida por el centro.
Según contaron fuentes policiales a Télam, un delincuente desarmado interceptó a las amigas, todas mayores de 21 años, cuando entraban a la vivienda e ingresó con ellas a los empujones bajo amenaza de matarlas.
Rápidamente, el asaltante se introdujo en la cocina, empezó a revolver los cajones ubicados debajo de una mesada y sacó un cuchillo, con el que amenazó a las chicas para que le entregaran dinero.
Siempre según la información policial, el delincuente, con el cuchillo en la mano, obligó a las víctimas a ir hasta el dormitorio.
Una vez allí, le dijo a una de ellas que se levantara la remera y le exhibiera su cuerpo, tras lo cual la manoseó mientras la joven sufría una crisis nerviosa ante el temor de que el ladrón la violara o la matara.
De acuerdo con la denuncia, a la que accedió Télam, el asaltante luego les pidió a las otras tres chicas que se desvistieran, también las tocó y las besó una a una, aunque la joven que se presentó en la seccional aclaró que "no hubo acceso carnal".
El ladrón escapó de la casa con aproximadamente 1.000 pesos y tras reponerse de la conmoción por lo ocurrido, las amigas fueron a la seccional a las 11.30 y se dio intervención a la fiscalía descentralizada 3 de ese distrito, a cargo de Diego Bensi.
Bensi tomó declaración a las víctimas en la causa caratulada "abuso sexual y robo" y dispuso varias medidas para tratar de dar con el ladrón, pero hasta esta tarde no había logrado ser atrapado, aseguraron fuentes policiales.
Si bien el fiscal dispuso el secreto de sumario en la causa, los informantes dijeron que, en base a los dichos de las chicas, se pudo reconstruir el aspecto físico del atacante.
Los datos que aportaron fueron que el delincuente mide 1,70 metros aproximadamente, tiene la cabeza rapada y al momento del hecho llevaba puesta una gorra, lentes de sol, unas bermudas negras y una remera gris manga corta.
Tras dar la información, las muchachas, que habían llegado a Pinamar hace pocos días, decidieron suspender sus vacaciones y regresar a la localidad bonaerense de San Martín, de donde son oriundas.
Previamente, el fiscal les pidió que permanecieran unas horas en el lugar para que la Policía Científica intentara recolectar algunos rastros de la casa.
Pese a que varias de las fuentes consultadas insistieron en minimizar el hecho e incluso afirmaron que no se había tratado de un "abuso sexual", en esa figura se encuadra a la penetración por cualquier vía, cualquier contacto genital-anal y también al manoseo.
Según el artículo 119 del Código Penal, el que comete abuso sexual simple, como sería en este caso, puede recibir una pena de entre seis meses y cuatro años de prisión.
Esto se da "cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo, (...) o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción".
Según contaron fuentes policiales a Télam, un delincuente desarmado interceptó a las amigas, todas mayores de 21 años, cuando entraban a la vivienda e ingresó con ellas a los empujones bajo amenaza de matarlas.
Rápidamente, el asaltante se introdujo en la cocina, empezó a revolver los cajones ubicados debajo de una mesada y sacó un cuchillo, con el que amenazó a las chicas para que le entregaran dinero.
Siempre según la información policial, el delincuente, con el cuchillo en la mano, obligó a las víctimas a ir hasta el dormitorio.
Una vez allí, le dijo a una de ellas que se levantara la remera y le exhibiera su cuerpo, tras lo cual la manoseó mientras la joven sufría una crisis nerviosa ante el temor de que el ladrón la violara o la matara.
De acuerdo con la denuncia, a la que accedió Télam, el asaltante luego les pidió a las otras tres chicas que se desvistieran, también las tocó y las besó una a una, aunque la joven que se presentó en la seccional aclaró que "no hubo acceso carnal".
El ladrón escapó de la casa con aproximadamente 1.000 pesos y tras reponerse de la conmoción por lo ocurrido, las amigas fueron a la seccional a las 11.30 y se dio intervención a la fiscalía descentralizada 3 de ese distrito, a cargo de Diego Bensi.
Bensi tomó declaración a las víctimas en la causa caratulada "abuso sexual y robo" y dispuso varias medidas para tratar de dar con el ladrón, pero hasta esta tarde no había logrado ser atrapado, aseguraron fuentes policiales.
Si bien el fiscal dispuso el secreto de sumario en la causa, los informantes dijeron que, en base a los dichos de las chicas, se pudo reconstruir el aspecto físico del atacante.
Los datos que aportaron fueron que el delincuente mide 1,70 metros aproximadamente, tiene la cabeza rapada y al momento del hecho llevaba puesta una gorra, lentes de sol, unas bermudas negras y una remera gris manga corta.
Tras dar la información, las muchachas, que habían llegado a Pinamar hace pocos días, decidieron suspender sus vacaciones y regresar a la localidad bonaerense de San Martín, de donde son oriundas.
Previamente, el fiscal les pidió que permanecieran unas horas en el lugar para que la Policía Científica intentara recolectar algunos rastros de la casa.
Pese a que varias de las fuentes consultadas insistieron en minimizar el hecho e incluso afirmaron que no se había tratado de un "abuso sexual", en esa figura se encuadra a la penetración por cualquier vía, cualquier contacto genital-anal y también al manoseo.
Según el artículo 119 del Código Penal, el que comete abuso sexual simple, como sería en este caso, puede recibir una pena de entre seis meses y cuatro años de prisión.
Esto se da "cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo, (...) o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción".
Fuente: Télam