Se trata de tres mujeres que actuaban como “descuidistas”, y que además andaban acompañadas de niños de corta edad.
El incidente sucedió en el interior del hospedaje, en medio de una verdadera marea humana de peregrinos de distintas provincias.
De todos modos, es uno de los pocos episodios delictivos que se han registrado hasta el momento en esta ciudad, en el marco de las festividades religiosas.