Entonces los policías rodearon a los menores, los identificaron y en la requisa encontraron entre sus pertenencias, varios envoltorios con picadura de marihuana, un encendedor y papel para armar cigarrillos.
La cantidad de estupefacientes ascendería a los 100 gramos.
Pero mientras realizaban las actuaciones, comenzaron a llover piedras lanzadas por los familiares de los menores, quienes al enterarse de que habían sido apresados se dirigieron al lugar, para evitar que los lleven a la dependencia.
A raíz de los incidentes, levantaron todo y fueron a la comisaría Octava, donde terminaron las actuaciones.
Los tres adolescentes quedaron alojados en la comisaría de la Mujer y el Menor, a disposición de la Justicia Federal por infracción a la ley de estupefacientes.