Los gendarmes sabían por tareas de inteligencia que en un camión proveniente de Bolivia con destino a Chile se trasladarían estupefacientes, por lo que detuvieron a un vehículo que reunía las características que sus informantes les habían señalado.
Al realizar un control superficial en el camión conducido por un ciudadano boliviano, los efectivos notaron cómo el perro detector de narcóticos alteraba su comportamiento al acercarse a los extintores de fuego.
Al revisar los matafuegos, los gendarmes constataron que si bien no tenían presión, pesaban lo mismo que los extintores cuando están cargados, por lo que los pasaron por el escáner del control aduanero, donde pudieron observar bultos extraños en su interior.
Posteriormente, el personal de Gendarmería cortó los matafuegos con una amoladora, extrajo los paquetes de cocaína y, al continuar la revisión dentro de la cabina del camión, encontró dos paquetes más en los paneles posteriores del asiento del conductor.
La cocaína secuestrada, de un peso total de 25,565 kilos, así como el camionero detenido, quedaron a disposición del juzgado federal de Orán. (Telam)