La justicia le imputa a Maradona haber herido a una pareja que estaba en una cabina telefónica que resultó embestida por la camioneta de Maradona, en febrero de 2006, en el barrio porteño de Mataderos.
El delito que se le imputa al entrenador de la selección nacional es el precisto en el artículo 94 del Código penal, reprimido con una pena máxima de tres años de prisión.
A Maradona lo acusan puntualmente de haber embestido conuna camioneta Mitsubishi Montero 4x4 el 10 de febrero de 2006 a una pareja que se encontraba en una cabina telefónica ubicada en Emilio Castro y Molina, de Mataderos.
El "Diez" negó públicamente el hecho -ya que nunca declaró formalmente en la causa- y dijo que no conducía la camioneta.
De hecho, uno de los testigos que habló ante la justicia, Jorge Delbuono, aseguró que era él quien estaba al comando del rodado esa madrugada.
Otros testigos, también aportados por la defensa de Maradona, lo ubicaron en un local "ubicado en Agüero y Mansilla", del barrio porteño de Palermo, a la hora en que se produjo el siniestro.
Al momento del accidente, Maradona regresaba de la casa de su amigo, ex futbolista y actual ayudante técnico en la selección, Alejandro Mancuso, y el mismo día se lo vio presenciar el partido de la Copa Davis entre Argentina y Suecia, en el estadio Parque Roca, en Villa Lugano.
No obstante, las víctimas, identificadas como Ariel Matías Muñoz y Romina Tonet, y otros testigos del hecho, se mantuvieron en sus dichos e insistieron en que la camioneta la manejaba Maradona.
El día del hecho, Muñoz contó a la prensa que la camioneta "pasó un semáforo en rojo y patinó" y que "iba en zigzag, hizo un par de trompos y chocó contra el teléfono público".
La víctima también dijo que Maradona iba con dos personas más, y que tras el choque, "quisieron fugarse y no pudieron porque la camioneta no arrancaba".
Luego, contó que el ex futbolista se fue en un auto y que él y su novia fueron en taxi al Hospital Santojanni para ser asistidos.
En tanto, la camioneta quedó secuestrada en la comisaría 42da.
de la Policía Federal, donde se levantaron las huellas dactilares del volante, aunque, a partir de las mismas, no se pudo determinar si pertenecían o no a Maradona o a Delbuono. (Telam)