Respecto a lo que sucedió el 10 de febrero pasado en su casa del barrio de Mataderos, el baterista de Callejeros aseguró que Wanda "estaba muy enojada" y que trató de tranquilizarla, pero no pudo.
Según la investigación, todo comenzó cuando Vázquez regresó de un ensayo con la banda y su esposa le recriminó las constantes llegadas tarde a su domicilio.
"Yo estaba sentado en el futón tratando de calmar la situación. Ella estaba muy enojada. Dijo que no me iba a dejar dormir. En ese momento volvió de la cocina y trajo una botella (de alcohol) e hizo el gesto como que me la iba a pegar en la cabeza, yo estaba sentado y simplemente se la frené", contó.
Vázquez agregó que nunca hubo forcejeo entre él y su mujer.
"Es como que explotó (la botella) y se salió la tapa", agregó.
Además, explicó que él trató "de tranquilizarla todo el tiempo, y le decía `no pasa nada, mi amor, no pasa nada`. Yo también estaba muy nervioso y trataba de bajarla, de tranquilizarla, pero no pude".
Ante una consulta sobre el presunto testimonio de uno de los hijos de Wanda, que declaró ante un psicólogo que el músico le pegaba a su madre, Vázquez dijo que "nunca" le pegó a su esposa.
"Nunca le pegué a Wanda, ¿cómo le voy a pegar a Wanda?", afirmó con lágrimas en los ojos, mientras aseguraba que extrañaba mucho a los chicos.
"Yo participé en todo, siempre le agradecí a ella que me haya dejado compartir a los nenes. Yo los llevaba a la escuela, los buscaba...", se lamentó.
Respecto a los padres de Wanda, dijo que "ellos saben más que nadie, cómo yo ame a su hija y cómo la tengo entre algodones. El día que me metieron preso en la (comisaría) 42 hicieron lo humanamente posible para sacarme porque decían que era un buen pibe, y ahora soy prácticamente Videla".
Luego, Vázquez contó lo sucedido la noche en que fue a ver a Wanda cuando aún se hallaba con vida, internada en el Hospital del Quemado, en el barrio de Caballito.
"Fue el día después que había salido de Ezeiza (estuvo preso unos días hasta que fue excarcelado) y, en ese momento, no entendía nada, aún hoy no entiendo nada", explicó Vázquez, quien dijo que "lo único que sabía era que sentía muy fuerte que nos necesitábamos".
"Desde el momento que pasó ésto, no nos volvimos a ver ni a escuchar. Le dije `fuerza, dale, no me dejes`. Le hablé como si estuviéramos en cualquier mañana, en la pieza de casa y yo la despertaba. Le dije cosas hermosas para que se levante. Y cuando me fui, le dije `bueno, corazoncito, estoy afuera, cualquier cosa pegame un grito`", dijo.
"Al cementerio me permití no ir. Por más que quisiera no hubiera podido. Me quedé con mi petisa viva", agregó.
Respecto a sus compañeros de Callejeros, Vázquez señaló que al único que volvió a ver fue a Elio Delgado, el baterista del grupo, pero que no le pareció mal.
Delgado reveló días atrás en la red social Facebook que tanto él como Vázquez no forman más parte de la banda.
De todas formas, el baterista dijo que no va "a poder seguir (tocando), quizá por un tiempo, quizá nunca", y agregó que les desea "lo mejor" a los Callejeros.
"Calculo que han tenido mucho miedo con ésto, los entiendo. En este momento, no me interesa nada de eso, pero no es fácil estar al lado mío ahora, no es fácil contenerme", finalizó.
Fuente: Télam.com.ar