Luego de establecer que la víctima fue sofocada hasta morir, Silva Molina agregó que el imputado armó una escena para que pareciera un ataque sexual “con el propósito de desviar la investigación y procurar su impunidad”.
Además afirmó que el accionar de Pérez fue “premeditado y cuasi alevoso”, sostenido por su conducta violenta frente al sexo femenino.
Recordó que, según testigos, la actitud de Pérez en el funeral fue fría y que incluso hizo una manifestación a la que consideró como autoincriminaatoria.
Pero Silva Molina remarcó que el daño mas grave se produjo en los dos hijos de la víctima y del acusado, cuyas declaraciones resultaron fundamentales.
En consecuencia, el fiscal consideró “justo, razonable y merecida”, la pena de 21 años de prisión para el imputado.
A su vez el abogado defensor Víctor Pinto, desestimó la contundencia de los indicios, y dijo que no pueden ser considerados como unívocos. Además sostuvo la ausencia del móvil del crimen, y dijo que Pérez no tenía motivos para matar a su concubina.
Para terminar, Pinto pidió que la acusación sea desestimada y su defendido, absuelto.
Los jueces Carlos Roselló, Jorge Palacios y Carlos Rodolfo Moreno, le darán la última palabra al acusado y luego dictarán veredicto.