Es que el proyectil literalmente “surcó” el cerebro del chico y le produjo daños que serían irreversibles, según comentaron sus allegados.
Ayer se le suprimió cierta medicación para analizar la reacción de su organismo en las siguientes 24 horas, mientras permanecía conectado a un respirador artificial en el sector de terapia intensiva del Centro Provincial de Salud Infantil.
En dicho nosocomio, se encontraban los allegados a la víctima. Uno de sus tíos, Gabriel Morales, refirió lo que supo por intermedio de su sobrino mayor, quien también tuvo alguna participación en el episodio que originó la supuesta venganza.
“Mi sobrino (de 14 años) me ha contado que el más chico (9) iba en bicicleta y se la habían querido quitar. Entonces llega mi otro sobrino mayor y les dice por qué le pegan. Le dijeron porque no nos quiere entregar la bicicleta. A mi sobrino más grande le han pegado y de ahí ellos se han ido a la casa”, manifestó.
De acuerdo con la reconstrucción que hizo la policía sobre lo sucedido en la tarde de anteayer, Nahuel había llegado a la casa de la novia de su hermano mayor y sacó una bicicleta sin permiso. La madre de la jovencita le habría encomendado a tres adolescentes que recuperaran el rodado, motivo por el que interceptaron al niño para despojarlo del mismo.
Allí fue cuando intervino el hermano mayor y se suscitó una pelea.
El trío recuperó la bici y regresó a la vivienda de quien les habría pedido que cumplieran con esa “misión”. Supuestamente allí tomaron los dos revólveres y se dirigieron al inmueble de Las Talas al 100 del barrio Lourdes, donde comenzaron a disparar contra el frente del mismo.
Nahuel, que ya se había acostado a hacer la siesta, se asomó al escuchar los estampidos y un proyectil impactó en su frente.
Antecedentes
Otro de los tíos del menor herido, Ariel Morales, reveló que “(los agresores) siempre iban y le tiraban ladrillos a la casa (de su hermana), por eso están rotas las ventanas. Ahora han ido y tiraron a quemarropa, a matar; no han ido a otra cosa”.
Asimismo, reconoció que “ya hace más de un año que existían los problemas”, por lo que hicieron denuncias en la Comisaría Quince y en la Comisaría Segunda del Menor y la Mujer.
Con amargura, el joven aseveró: “Como se dice, nunca le han prestado atención (por la Policía). Siempre nos han dicho que eran cosas de chicos y mire en lo que ha terminado”.
Por razones de seguridad, los tres acusados (tienen entre 12 y 14 años) permanecían alojados en la Comisaría Segunda del Menor y la Mujer, a disposición del juez Mario Medina.
Fuente: El Liberal