El cura, denunciado en un programa de televisión el miércoles por la noche, declaró durante cuatro horas y dijo que las denuncias en su contra "tienen olor a venganza".
Grassi dijo que es inocente, explicó que tardó en entregarse por recomendación de sus abogados y expresó que se siente "muy mal" por la imputación.
El cura Julio César Grassi quedó alojado en una pequeña celda, de cuatro metros por cuatro metros, que cuenta con baño privado y que habitualmente es utilizada para albergar policías o miembros de otras fuerzas de seguridad. (Télam).