En el ámbito del combate contra los estupefacientes nadie niega la importancia de la información que maneja la institución que preside Claudio Izaguirre. De hecho, este martes, el titular de la Asociación, presentará ante los tribunales federales de Chaco, un informe secreto de la Fuerza Aérea Argentina sobre la ubicación exacta de 141 pistas clandestinas utilizadas para el descenso de narcoavionetas.
En el marco de la investigación de la pistas clandestinas, Izaguirre dialogó en exclusiva con EL LIBERAL e hizo importantes revelaciones.
Una de ellas, fue algo que se conoce, pero que muy pocos, a micrófono abierto, se animan a aseverar. “En Santiago hay detectadas, al menos 20 pistas clandestinas, todas en terrenos privados, sospechamos que algunos de los dueños de los campos tienen estrechos vínculos con algunos miembros infieles de las fuerzas de seguridad y del gobierno nacional”, señaló el especialista.
Pero, uno de los datos más importantes fue el de un “cártel de drogas, muy reconocido que hace un tiempo opera en Santiago y Córdoba”, de acuerdo con cuál sea el destino de la droga.
“‘Nosotros tenemos detectados, y denunciados, seis cárteles de droga que operan en el país. En el norte, en las provincias de Santiago del Estero y Córdoba se ha asentado el cártel paraguayo Amambay, dedicado específicamente a introducir marihuana en el país”, señaló Izaguirre.
De acuerdo con la investigación esta agrupación ilegal de narcotraficantes “opera en las pistas ilegales del sur de Santiago o del norte de Córdoba, depende de cuál sea el destino final de la droga”.
Este cártel, según el titular de Aara, se dedica principalmente a “exportar drogas a Chile”. Su información coincide a la perfección con los últimos hallazgos que se hicieron en Córdoba, donde se incautó marihuana, que había sido arrojada en nuestra provincia y era llevada a Chile por una gavilla cordobesa.
Modus operandi
“Este cártel tiene una modalidad para actuar que no difiere mucho de otros pero con una particularidad, nadie va a buscar la droga, hasta que no se ‘enfría’, o sea la dejan en el campo donde fue arrojada, al menos, por diez días y recién después la recogen”.
Según señaló Izaguirre, las pistas ilegales están en campos privados, comprados y acondicionados específicamente para el narcotráfico. “Por eso, sorprende tanto que cueste identificar el lugar dónde están las pistas, hay campos que no pueden servir para otra cosa”, sostuvo.
“Escribí en mi perfil de Facebook, ya que estamos controlando las importaciones, podríamos controlar las de drogas”, ironizó.
Fuente: elliberal.com.ar