Frente a la tumba del adolescente de 17 años que fue secuestrado el cinco de julio y apareció muerto el lunes último en una tosquera de Quilmes, su madre, Emilse, dijo que en la investigación del caso "todo fue mal hecho".
Los restos de Diego, ultimado de diez puñaladas y arrojado a las aguas de una tosquera de la localidad bonaerense de Ezpeleta, fueron despedidos por una multitud con gritos, aplausos y reclamos de justicia. (Télam)