A pocas horas de que los familiares del chico, en medio de escenas de desesperación, identificaron el cadáver, un grupo de hombres, mujeres y adolescentes se dirigieron a la comisaría, rompieron los vidrios, incendiaron las cortinas, quemaron un automóvil y apedrearon a los policías que se encontraban en el interior del edificio.
Finalmente y tras una represión con balas de goma y gases lacrimógenos, la policía logró recuperar el perímetro y el incendio finalmente fue extinguido sin que se haya tenido que evacuar la comisaría donde unas 30 personas están alojadas en los calabozos. (Télam)