El sujeto mandó a la mujer al fondo a verificar unas llaves, y se dirigió al dormitorio para apoderarse de una billetera con $ 1200, tres anillos de oro y otro combinado en oro y plata, un reloj y una plancha.
Gómez volvió al comedor y no lo encontró, y en ese instante se dio cuenta que la puerta de calle estaba abierta, y que en la habitación todo estaba desordenado, además de la falta del dinero y la joyas.