Los cuerpos habían quedado atascados en el casco del yate hundido cerca de la localidad bonaerense de San Isidro tras una explosión seguida de incendio, presuntamente por concentración de gas en la sala de máquinas.
Los restos del naufragio, del que sobrevivieron tres personas, fueron puestos a flote gracias a la colaboración de una grúa que aportó un buque de gran porte.
El prefecto principal Rogelio Pellegrino, a cargo de la operación de búsqueda, había adelantado ayer a Télam que los cuerpos podrían haber quedado atrapados adentro del yate.
La búsqueda incluyó el despliegue de varios buzos tácticos, embarcaciones de la Prefectura e incluso perros especializados en tareas acuáticas.
La grúa que logró sacar a la superficie la nave debió trabajar unas veinte horas.
Ahora los peritos buscan determinar las causas del siniestro.
Si bien la causa judicial se encuentra bajo secreto de sumario, trascendió que la nena fallecida tiene dos años y su abuela 55.
Una niña sobreviviente sigue internada en el hospital Garrahan en grave estado, con el 50 por ciento de su cuerpo quemado, en tanto su tía, con quemaduras menores, permanecía hoy en un sanatorio privado de Olivos.
El único hombre que estaba en la embarcación, padre de una de las nenas, fue dado de alta ayer tras sufrir quemaduras de primer grado en sus dos manos.
Fuente: 26noticias.com.ar