En la primera vivienda, propiedad de una familia de apellido Herrera, se encontraba un automóvil Fiat 128, mientras que en la restante casa, propiedad de Ramón Olea, había un Peugeot 404 modelo antiguo.
Según testigos, dos sujetos en motocicleta arrojaron sendas bombas “molotov”, provocando la destrucción total en ambos rodados.
Personal policial se dirigió al lugar y requirió una dotación de bomberos para combatir las llamas, pero no se pudieron evitar los daños totales en ambos automóviles.
Las causas del ataque son desconocidas hasta el momento.