Allí se encontró con la dueña de casa y con Antonio Oliva, a quienes apuntó con un revolver calibre 22 y les exigía que todo el dinero que tenían.
Córdoba los encerró en una habitación junto a los cinco hijos, les ató las manos con cintas y los sometió a golpes.
Pero Antonio Oliva logró desatarse, empujó al asaltante hacia el baño, y allí se produjo un forcejeo en el cual el asaltante resultó herido.
Entonces Córdoba escapó y se fue al hospital de urgencias en busca de asistencia médica, aunque grande fue la sorpresa cuando se encontró en el centro de salud con los Oliva, quienes lo señalaron ante la policía e
inmediatamente quedó detenido.