Pero la avioneta no salió indemne de esa situación, porque su piloto también se vio obligado a descender a unos mil metros del sitio de donde cayó el helicóptero que pertenece a Gendarmería Nacional, tal como informó ayer EL LIBERAL en forma exclusiva.
Según confiaron calificadas fuentes ligadas a la investigación, el piloto paraguayo –que sería miembro de las Fuerzas Armadas del vecino país- había levantado vuelo luego de haber sido avistado en tierra por los gendarmes que sobrevolaban el paraje Ahí Veremos, ubicado a unos 45 kilómetros al oeste de la localidad de Sacháyoj (departamento Alberdi).
Los gendarmes pretendieron seguirlo, pero la avioneta Cessna es bastante más veloz que el helicóptero, por lo que en determinado momento lo perdieron de vista. Sin embargo, súbitamente apareció desde atrás y el piloto extranjero realizó una maniobra y golpeó el sector donde se encuentra el rotor de la nave de Gendarmería. Al repetirse la acción y salir de servicio el mismo, el helicóptero perdió su sustentabilidad y control.
Pese a ello, la pericia del gendarme que lo manejaba llevó la aeronave hacia tierra, aunque unos 20 metros antes de tocar suelo se precipitó, quedando apoyada sobre uno de sus costados. Los daños que sufrió la unidad de la fuerza de seguridad son cuantiosos.
Todos los ocupantes sufrieron algunas lesiones, aunque mayoritariamente de carácter leves. Dos de ellos presentaba heridas de cierta consideración, por lo que Miguel Ángel Medina (43 años) fue llevado a las 17.30 al hospital de Sacháyoj.
A través de una comunicación telefónica, el personal de la Subcomisaría de dicha población se enteró de que un gendarme había resultado herido en una de las piernas en una confusa circunstancia. Poco después se entrevistaron con efectivos nacionales de civil, los que brindaron algunos datos sobre lo sucedido.
Reporte de la caída
Poco después de que cayera el helicóptero a tierra, alrededor de las 11 del sábado, sus ocupantes se comunicaron con miembros del Escudo Norte, emplazado en Buenos Aires, para dar parte de lo sucedido y las coordenadas donde se encontraban.
Desde allí se reportó a la Fuerza Aérea lo sucedido, motivo por el que dos aviones Pucará partieron desde Entre Ríos y otros dos desde el aeropuerto santiagueño. Al sobrevolar la zona del accidente, visualizaron a los gendarmes y un poco más allá a la avioneta celeste y blanca.
Los gendarmes no pudieron ver qué había sucedido con la avioneta, pues se encontraba detrás de una zona montuosa.
Un rato más tarde, gendarmes que se encontraban en la zona llegaron en auxilio de sus camaradas y encontraron cerca de 100 kilogramos de marihuana. El estupefaciente había sido descargado de la avioneta y una buena parte ya había sido colocada en una camioneta cuando apareció el helicóptero, por lo que al verse descubiertos, abandonaron parte de la carga y huyeron, confiaron las fuentes.
Varias horas después de sucedido el caso, se le pidió a la Policía provincial que efectuara cierre de rutas hacia los posibles lugares a los que podrían dirigirse los traficantes. Para ello, se implementaron controles en las rutas provinciales 17, 6 y 92 y en la nacional 16, para lo cual el jefe de la Unidad Regional 4 con asiento en Quimilí, comisario mayor Miguel Sandoval, dispuso un amplio despliegue de uniformados bajo su mando.
Por otra parte, se especulaba con que el piloto paraguayo puede haberse contactado con sus cómplices y haber salido con ellos del sector donde tuvo que aterrizar de emergencia.
Fuente: elliberal.com.ar
