Sin embargo, altas fuentes policiales sostienen que se trata de un drama que crece a diario por el ausentismo total de los padres.
“El descontrol de los jóvenes se debe al abandono de la familia. No contamos con el apoyo de ellos y esto complica aún más el trabajo de prevención que realizamos nosotros y la gente que está involucrada en esta cuestión”, explicó una fuente policial.
Además aseguró que “los padres, en lugar de apoyarnos se ponen en contra. Cuando tratamos de poner orden en los enfrentamientos y nos damos con que los chicos son menores de edad, tenemos que llamar al padre, y cuando lo hacemos se enojan, y si se hacen presentes en el lugar, muchas veces hasta nos insultan. No tenemos el apoyo de los padres”, sostuvo.
Por su parte, Marcelo Arambuena, referente del Proyecto Padres pidió ‘soluciones concretas’.
“Queremos soluciones concretas”, fue la consigna que sin titubeos lanzó Arambuena.
Señaló, además, que es “imperioso hablar con las autoridades de la provincia porque lo que falta es una decisión política para parar la muerte de los jóvenes”.
En los próximos días vamos a presentar un proyecto concreto, porque lo que hace falta es una ordenanza, una ley, para parar la venta de alcohol a menores, porque clausuramos un quiosquito, pagan la multa y lo vuelven a abrir”, señaló.
El referente de la organización no gubernamental puso énfasis en la lucha contra el consumo de alcohol y drogas.
“Las peleas y los accidentes son la consecuencia, los chicos pelean porque están anestesiados, lo que hay que hacer es frenar con las adicciones porque ésa es la causa, ése es el peor problema de nuestros jóvenes, eso es lo que los está matando”, sentenció. “La vida de los jóvenes -concluyó- va más allá de cualquier interés económico y político y vamos a pelear para que eso sea así”.
Hace un tiempo, la Iglesia también había manifestado su preocupación por la situación de los jóvenes e instó a la familia a estar más cerca de ellos.
El obispo auxiliar de la Diócesis de Santiago del Estero había manifestado que la familia cumple un rol muy importante en esta situación.
‘Yo creo que la institución fundamental que tiene que hacerse cargo de los chicos es la familia, por eso es tan importante apoyar a la familia, porque la formación de los chicos es la familia”, había indicado el prelado.
“Uno debe experimentar el diálogo con los jóvenes que se sienten muy solos. Da lástima ver cómo están nuestros jóvenes. El deber fundamental que tiene la sociedad es acompañarlos”.
Fuente: elliberal.com.ar