Esto no se trata de una definición sexista, por el contrario, demuestra que la mujer simplemente tiene un motivo mucho mas fundamentado para cometer un homicidio, en comparación con el hombre.
Mientras el sexo masculino aparece en muchos casos mas impulsivo, actuando sin una razón aparente y a veces hasta ridícula, la mujer es fría, calculadora y sabe esperar el momento preciso para cometer su crimen.
Una mujer difícilmente mate a un desconocido en un asalto, en una pelea callejera o en cualquier circunstancia fortuita.
Nada que ver con eso, por lo general sus víctimas son personas íntimamente ligadas a ella, en relación de pareja o de familia.
Entonces, ¿qué las motiva?.
Generalmente las “Mujeres Asesinas” (para recordar el nombre de un programa televisivo), han sido víctimas de la violencia física, moral y/o psicológica, y llegan a un punto de no tolerar mas esa situación.
Dicen que Noelia Baigorria, la joven involucrada en el crimen de Ortega, planificó cuidadosamente el hecho, aunque su juventud e inexperiencia la hicieron delatarse a sí misma. Ello le valió caer detenida poco mas de una semana después del episodio.
Algo muy parecido sucedió con Silvana “Moira” Ibáñez, pero en cambio, ella fue detenida hace algunos días en Buenos Aires, después de 12 años de permanecer prófuga por el crimen de Ramón Marín.
Ella fue el “cerebro” de uno de los crímenes mas aberrantes de la década del 90, tomó las decisiones, aglutinó al grupo que llevaría a cabo semejante felonía, y hasta aportó el arma homicida.
Aunque no haya sido quien aplicó el golpe mortal, Ibáñez demostró ser una persona altamente manipuladora, que al parecer estaba acostumbrada a obtener lo que se le ocurría, quizá aprovechándose de su belleza, o algún otro recurso.
Así podríamos aludir a otros varios crímenes perpetrados por mujeres en nuestra provincia en los últimos años, pero con estos dos ejemplos sobran las palabras.