Un vecino suyo le contó que vio una combi estacionada frente a su casa en la que tres hombres mayores cargaban lo que sacaban. Adentro del vehículo se encontraba una mujer y tres menores que vestían guardapolvos blancos. Tras realizar averiguaciones Flores consiguió las características físicas del posible involucrado que terminó siendo Carabajal.
Pocos días después del ilícito lo ubicó en la Plaza 25 de Mayo y llevaba puesto la camisa, el pantalón y hasta los zapatos que le habían sustraído de su casa. Tras perseguirlo durante varias cuadras, llamó a la policía para que lo intercepten en Esquiú y Vicario Segura. Los uniformados lo capturaron y lo llevaron a la Comisaría Primera junto al denunciante.
Mientras Carabajal era revisado por el médico, el damnificado pudo observar que hasta tenía puesto su ropa interior. A las pocas horas el delincuente fue dejado en libertad por “falta de mérito”. Durante los dos años posteriores Carabajal fue sorprendido cometiendo cuatro robos más.