“Señora, debería tener más cuidado cuando sube a una motocicleta”, le dijo el médico a Elmira Bustamante (47) cuando ayer cerca del mediodía la recibió en la sala de emergencias del Hospital Dr. Antenor Álvarez, con un profundo corte en un muslo y un fuerte traumatismo en la zona lumbar.
“¿Qué moto?”, le respondió ofuscada la mujer. “Un muchacho, borracho, me atropelló con una motocicleta cuando yo estaba en la vereda de mi casa”. El profesional quedó en silencio; era lo único que le faltaba escuchar para superar su capacidad de asombro.
Antes de Elmira habían pasado catorce personas heridas en circunstancias similares, casi todas jóvenes de entre 20 y 25 años que entre la medianoche del sábado y las 8 de la mañana habían protagonizado accidentes en motovehículos, según indicó el Dr. Jorge Woosheyin, que recibió la guardia a las 8 en punto del domingo.
El especialista está acostumbrado a las madrugadas cargadas de trabajo en la guardia del Hospital Banda, pero –según confesó- la de ayer está sin dudas entre las más complicadas.
“Fue una guardia con mucho trabajo. Durante la madrugada hubo diez personas que ingresaron con heridas por accidentes, después de las ocho entraron otras cinco también con heridas por caídas o choques con motocicletas. En casi todos los casos había personas alcoholizadas”, dijo.
Lo único que pudo rescatar de los registros de la guardia es que de todos los pacientes atendidos por este tipo de situaciones, ninguna era menor de edad. “Hasta un tiempo atrás atendíamos a muchos chicos lesionados en accidentes. Ahora el problema no es menor, pero son todos adultos, aunque siguen siendo jóvenes”, aclaró.
De acuerdo con las estadísticas hospitalarias de La Banda, entre el 30 y el 40% de los pacientes de la guardia que ingresan durante los fines de semana son por lesiones en accidentes de tránsito.
Drogas
Otro detalle que advirtió es el llamativo aumento de pacientes con claros síntomas de abstinencia de drogas, especialmente cocaína.
“Pero lo que nos llama más la atención a quienes trabajamos en la guardia es que muchas veces son los propios padres los que no quieren aceptar la situación de su hijo, cuando les informamos que consumen drogas y que los síntomas son causados por la abstinencia”, explicó Woosheyin.
Anoche, sin ir más lejos, un muchacho de 24 años ingresó acompañado por su madre y un tío. Llegaron desesperados por fuertes manifestaciones espásticas del joven y que asociaban con convulsiones. “Yo les dije que no eran convulsiones, sino una reacción propia de la abstinencia de drogas. No me creyeron”, dijo el médico, quien reconoce que es una reacción muy común en los familiares que desconocen las adicciones de sus hijos.
En estos casos, los pacientes son medicados para superar el transe, aunque son derivados para tratamientos con apoyo profesional especializado, además de la contención familiar.
Fuente: elliberal.com.ar