Además, al cierre de esta edición, se había dispuesto un amplio despliegue en la zona sur en busca de dos de los presuntos autores.
El esposo de la mujer quedó detenido, un testigo demorado y dos prófugos.
Todo parecía normal ayer en la mañana para el matrimonio de Clelia Santillán y Juan Carlos Díaz, ambos septuagenarios y residentes en Merlo, Buenos Aires. Éstos se encontraban de visita en la ciudad y –como todos los años- fueron a tomar gracia a San Esteban.
Eran alrededor de las 9.30, la pareja estaba en el interior del santuario y de repente se escucharon tres detonaciones. “Eran como cohetes”, dijeron miembros de la familia que reside en el predio de Maco, que salieron de su casa a ver qué era lo que pasaba.
Uno de los sobrinos de la dueña del lugar, vio a Díaz salir corriendo de la capilla, tomándose con una mano el abdomen. Al preguntarle qué le había pasado, el hombre habría deslizado “un encapuchado entró y nos disparó”.
Lo intentaron calmar y lo hicieron tomar asiento, mientras fueron al santuario a constatar sus dichos y efectivamente estaba una mujer tirada en el suelo, ya sin vida. El hombre presentaba una herida en la región abdominal.
En ese momento comenzaron los interrogantes, los que residen en el predio –de grandes dimensiones y la casa está a unos 100 metros de la capilla- no habían visto al “encapuchado”.
Sumado a ello, entró en escena un joven, identificado luego como Carlos Campos, quien dijo que estaba sentado fuera del santuario vendiendo estampitas y escuchó discutir a la pareja.
Hasta ese momento era el único testigo y su palabra parecía que iba a ser clave para desentrañar el crimen.
Rápidamente se dio aviso a la policía y en minutos comenzaron a llegar efectivos de todas las divisiones competentes:
personal de la Comisaría 7ª, su brigada interna, Criminalística, Homicidios y Delitos Complejos, Departamental Sur, entre otros. Una ambulancia trasladó al herido, mientras la fuerza cercó el lugar y comenzaron a trabajar en el hecho.
Pericias
Durante horas, personal de Criminalística trabajó en la escena del crimen y realizó las pericias correspondientes.
Como resultado, señalaron que a Santillán le dispararon por la espalda, a unos metros de distancia.
El proyectil impactó en la zona de la nuca y habría presentado orificio de entrada y de salida.
En tanto, Díaz tenía una herida superficial en la zona abdominal derecha, pero sólo le habría rozado la bala, por lo que no revestía gravedad.
Un tercer proyectil impactó en el santuario, dejando las marcas en uno de los pies del altar de San Esteban.
Según se supo, la mujer habría muerto prácticamente en el acto, producto del disparo con una pistola 9 mm; arma que pese el minucioso rastrillaje que se llevó a cabo en el lugar, no se pudo encontrar y aumentaba los interrogantes en torno al crimen.
Fuente: elliberal.com.ar