Tal como adelantara en exclusivo en su edición de ayer EL LIBERAL, la denuncia fue radicada en la Comisaría Cuarta del Menor y la Mujer por la madre de la niña, quien manifestó que había descubierto en el teléfono de su hija “videos pornográficos”.
Al preguntarle el origen de ese aparato y sus imágenes, la chica le manifestó que se lo había regalado un muchacho de la zona.
Afligida, la madre siguió averiguando y la menor terminó confesando que se “veía” con el joven, quien la habría amenazado para que no contara nada, aunque también se habría contradicho, al decir que era consentida la relación.
Denuncia materna
Con la confesión de su hija, la progenitora radicó inmediatamente la denuncia policial. Con conocimiento de la Justicia del Crimen de Segunda Nominación, cuya titular es la Dra. Gladis Lami, se comenzaron a tomar testimonios a los allegados a la menor.
Fuentes judiciales confiaron a este medio que el celular de la niña no pudo ser peritado, ya que cuando se encontraba brindando su testimonio, donde habría negado la relación con el muchacho, llevó a la boca el chip del aparato.
Cuando las oficiales que se encontraban con ella quisieron impedir que se lo tragara, la niña les mordió las manos y cumplió con su objetivo de hacer desaparecer la prueba comprometedora.
Luego de las pericias ginecológicas y psicológicas correspondientes se confirmó el abuso a la menor.
Por esa razón es que la Justicia del Crimen libró la orden de detención para el hombre de 25 años, el que reside en la zona rural cercana a Añatuya, donde habrían sucedido los hechos denunciados.
Al cierre de esta edición, la policía procuraba dar con el paradero del joven acusado abuso sexual con acceso carnal.
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