El caso comenzó a mediados de agosto del año 2006, cuando una mujer de apellido Molina, quien tenía un embarazo de tres meses de gestación, llegó a la enfermería donde trabajaba Bosque, a pedir asistencia médica debido a que sufría algunas complicaciones.
El acusado, que solo estaba habilitado para ejercer la pediatría, decidió practicarle un legrado terapéutico a la mujer, en un lugar inadecuado para tal intervención, y sin tomar en cuenta los antecedentes de cesáreas que la paciente se había realizado.
Por ello la mujer sufrió una serie de complicaciones, por las que debieron realizarle una histerectomía total a la paciente, quien no podrá volver a quedar embarazada.