El caso tiene varios puntos oscuros, que únicamente las pericias médicas podrán dilucidar.
El hecho ocurrió pasadas las 17. La víctima estaba con algunas amigas en la esquina de Américo Vespucio y avenida Colón. En ese momento pasaron los dos hombres en bicicletas, vendiendo helados. Los hombres, en pocos segundos, golpearon a la jovencita, la subieron al caño de una de las bicicletas y se la llevaron.
Las amiguitas de la víctima comenzaron a gritar y a pedir ayuda, por lo que entonces varios vecinos comenzaron a perseguir a los depravados. A las pocas cuadras se encontraron con policías de Patrulla Motorizada, al mando del comisario Andrés Ocaranza, a quienes les dijeron lo que había sucedido. Los acusados se habían alejado por el costado del Canal Sur, hacia la avenida Além, y luego se adentraron en una zona de cañaverales.
Cuando los policías, con las motos, entraron en medio de la vegetación luego de las indicaciones que les dieron unos chicos que estaban jugando en la zona, encontraron a la joven, a la que le habían quitado la ropa, tirada sobre los pastos. Los hombres, en tanto, estaban con los pantalones bajados hasta la rodilla. Habían dejado las bicicletas con las heladeras paradas a pocos metros.
En principio se creyó que el ataque no se había consumado, aunque en principio los exámenes médicos indicaron que la víctima presentaba lesiones, aunque se desconoce si fueron producto de una violación. La víctima -que padece una discapacidad mental-, lloraba y gritaba pidiendo ayuda, por lo que se dio intervención a un médico y se buscó a los familiares para que la tranquilizaran. La joven les dijo a los policías que tenía 16 años, pero luego los padres confirmaron que en realidad tiene 21, aunque por su enfermedad parece de menos.
Los hombres fueron trasladados a la sede de Patrulla Motorizada, ubicada en calle Italia al 2.600, donde dijeron que tenían 27 y 47 años y que se conocían del trabajo. Uno vive en Los Chañaritos y el otro cerca del barrio Ejército Argentino. El primero de ellos ya tiene antecedentes por robo agravado.
Ayer ambos se sentaron frente al fiscal Carlos Sale y repitieron una historia: "nosotros pasábamos por ahí, escuchamos gritos y cuando fuimos a ver qué pasaba la Policía nos detuvo. No secuestramos a nadie". Pero el fiscal, basándose en las pruebas, les imputó en principio el delito de abuso sexual sin acceso carnal en grado de tentativa. Pero esto puede cambiar una vez que hayan terminado los exámenes a los que se somete a la víctima. Si se comprueba que llegaron a violarla, la situación procesal de los acusados (su identidad no se puede revelar por el momento por razones legales) se agravará.
Además se harán pericias de ADN para saber si alguno de ellos está vinculado con el caso del violador serial, al que la Policía busca desde hace más de un año, y que ataca en la misma zona en la que raptaron el martes a la joven.
Fuente: La Gaceta