Algunos de los rodados tenían su patente y estaban inscriptos en la provincia de Buenos Aires, pero por sus números de motor y chasis, se descubrió que tenían pedido de secuestro de la provincia de Córdoba, donde semanas antes habían sido robados.
Todos los damnificados son oriundos de la zona, y al ser consultados sobre la compra de los vehículos, señalar a una misma persona de la que dieron su identidad.
Los vehículos fueron depositados en la comisaría departamental, hasta que concluyan las medidas judiciales.
La fiscal ordenó la detención del sospechoso, y extendió el pedido de ubicación a provincias, como Córdoba, La Rioja y Buenos Aires.
Según trascendió, el estafador contaría con pedido de captura de otras provincias, por delitos similares.