Al parecer todos se habían acostado a dormir, dejando un brasero encendido para combatir el intenso frío, pero al cabo de un rato los gases de la combustión comenzaron a surtir efecto.
Felizmente para los moradores, los vecinos se dieron cuenta de lo que sucedía y pidieron auxilio al hospital, desde donde se envió una ambulancia.
Ninguna de las personas sufrió consecuencias de gravedad.