El sábado a la noche los jóvenes con el bebé habían salido con la madre de Brizuela para ir a visitar a una de sus hermanas, en el barrio 100 viviendas sur.
Después de la 1:30, los vecinos fueron a buscar al joven para avisarle que su casa se había prendido fuego.
La pequeña y precaria construcción de bloques, con techos de chapa, tenía dos habitaciones, de las cuales no quedó nada.
El fuego destruyó las pocas pertenencias, a pesar de la ayuda de los vecinos que intentaron sofocarlo hasta que llegó una dotación de bomberos.
Efectivos de la Comisaría Novena se entrevistaron con los damnificados y los vecinos, quienes dijeron haber visto la puerta abierta, y poco después notaron que salía humo del interior.
Esto hizo suponer que el siniestro pudo haber sido originado en forma intencional.