El cuerpo de Griselda Vergara fue hallado el 16 de agosto del 2005, semienterrado y en avanzado estado de descomposición, cerca del Río del Valle.
La mujer había desaparecido a fines de julio de ese año, después de una discusión que mantuvo con Pérez en su casa, luego de lo cual ambos salieron a bordo de la moto del acusado, y esa fue la última vez que la vieron con
vida. Horas mas tarde, Pérez regresó solo a la casa.
Para justificar la ausencia de su esposa, el acusado le dijo a sus hijos que se había ido y no volvería.
A los padres les dijo que había abandonado por otro hombre, y en el sanatorio privado donde trabajaba, explicó que la víctima se encontraba con sus padres.
Sago tuvo en cuanta además una serie de testimonios que muestran una personalidad violenta en el acusado.
Una ex esposa y la actual pareja, refirieron amenazas de muerte del imputado.
La autopsia en el cuerpo de Griselda Vergara, determinó que la mujer murió de asfixia por sofocación.
Si bien la identidad de Vergara había sido corroborada a través de las huellas dactilares, en los últimos días el fiscal recibió los resultados de un ADN a las muestras del cadáver, que confirmó con el 99,84 % de certeza,
que los restos hallados en Aguas Coloradas pertenecían a Griselda.