En tal sentido el magistrado no descartó la posibilidad de ordenar un careo entre ambos imputados, para aclarar esos puntos.
De todos modos el fiscal insistió en que el caso, en esta etapa del proceso, está esclarecido en base a una serie de pruebas, fundamentalmente los cordones usados para atar a la víctima, que pertenecían a Baigorria y al propio Ortega.
Pero además hizo mención a otras pruebas que no dio a conocer.