La resolución se dictó la semana pasada, a pedido del fiscal de Instrucción Nº 5, Juan Pablo Morales, quien investiga los hechos sucedidos en setiembre de 1996, por los cuales ya están condenados Jorge Mario Nieva y Gastón Sebastián Fernández.
La mujer que fue capturada en la ciudad bonaerense de Chivilcoy en junio pasado, permanecerá bajo prisión preventiva hasta tanto se lleve a cabo el juicio en alguna de las cámaras de sentencia de esta Capital.
La pesquisa realizada luego del horrendo crimen, y que se amplió después de su detención, muestra a “Moira” como autora intelectual del crimen de Marín, con quien mantenía una relación sentimental.
Ibáñez, junto a su amiga Elizabeth Tatiana Arancibia, quien aun está prófuga, Nieva y Fernández, llevaron a cabo un plan elaborado días antes en la casa que las mujeres compartían en el barrio Libertador I, con el propósito de quedarse con el auto de la víctima.
En la madrugada del 7 de setiembre de 1996, Arancibia, Nieva y Fernández llegaron a pie a un descampado al norte del paso a nivel sobre ruta 38, cerca del ex Hotel Sussex, y se ocultaron entre los matorrales.
A las 2.30 llegó el auto en el que se conducían Marín e Ibáñez, y momentos después la mujer dio la señal convenida para atacar.
Nieva abrió la puerta delantera, y al salir Marín fue tomado por el imputado desde atrás, para que Fernández le aplique, de frente y con alevosía, tres golpes de gran violencia en la cabeza, que le produjeron la muerte en forma instantánea.
Los varones colocaron el cuerpo de la víctima en el piso del auto, entre los asientos delanteros y el trasero. Ibáñez se colocó al volante con Arancibia a su lado, y los varones en el asiento trasero.
Así llevaron el cadáver de Marín hasta el departamento Valle Viejo, y lo abandonaron en una finca de la localidad de Santa Rosa, luego de sortear el alambrado perimetral y de arrastrarlo algunos metros. Allí lo taparon con basura y follaje, y lo cubrieron con una media sombra que habían llevado al efecto.