La protesta, cuyas causas no se conocen, se inició cuando los detenidos apilaron colchones y les prendieron fuego.
Rápidamente el personal de guardia acudió para dominar la situación, y pidió una dotación de bomberos para apagar el fuego.
Un total de seis menores tuvieron que recibir asistencia médica debido a principio de asfixia por la inhalación de gases tóxicos.
Sin embargo, después de que fueron compensados, los reclusos volvieron a su lugar de detención.