Una vez adentro se dirigieron al quiosco, violentaron los candados que los dueños habían colocado el lunes pasado, luego del robo que se cometió el fin de semana, y se apoderaron de golosinas y gaseosas. Además rompieron la ventana y se llevaron una pequeña heladera vitrina.
A media mañana, la dueña del kiosco decidió retirar la poca mercadería que los ladrones le habían dejado, y cerró definitivamente, cansada de los reiterados ilícitos de los que fue víctima durante el año.
El lunes pasado se encontraron con una desagradable sorpresa, cuando encontraron el kiosco abierto, además de los armarios de tres aulas.