Mónica García, propietaria del local, quien vive al ladro de la tienda, escuchó ruidos y al salir vio que la puerta del comercio estaba abierta.
Luego notó que la cerradura había sido forzada y adentro la mercadería estaba desparramada en el suelo.
La damnificada señaló que se llevaron remeras, vestidos, pullóveres y otras indumentarias cuyo monto en dinero no pudo ser precisado.
Con las descripciones proporcionadas por los testigos, las distintas patrullas iniciaron las búsqueda, pero sin lograr resultados.