Acompañado por sus abogados, José José Omar Vega Aciar y Daniela Gallardo, Gutiérrez llegó a los Tribunales situados en calle Pelagio B. Luna, a las 19. Con él, se encontraban su mujer, su beba de tres meses de vida, familiares y amigos.
Mientras aguardaba la llegada del juez de Instrucción Nº 3, Manuel Alejandro Arce, Gutiérrez dialogó con EL INDEPENDIENTE y aseveró que actuó en legítima defensa.
"El (por Britos) me mandó a decir que lo llame por teléfono", empezó diciendo y contó que se trató de una "conversación larga". Durante la charla telefónica -siempre siguiendo el relato de Gutiérrez-, Britos lo habría amenazado de muerte. "Que me iba a pasar lo mismo que a Carlos Herrera, y me nombró a Pablo Avila, al que lo apuñaló", recordó que le dijo Britos.
"Yo no miento, lo que estoy contando es la verdad y si se constata la conversación ésta, hasta el juez va a decir: tiene razón el chico", manifestó Gutiérrez. Se refirió así a la grabación de la conversación telefónica que mantuvo con la víctima.
"El me llamó para que vaya", comentó refiriéndose a Britos, quien le habría dicho que "la única posibilidad era ir y arreglar las cosas", agregó.
Aunque no lo afirmó explícitamente, Gutiérrez deslizó que, alguna vez, fue sometido sexualmente por Britos, quien era homosexual. "Supongo que quería someterme de nuevo", supuso Gutiérrez, ya que Britos le insistía conque dejara a su mujer y a su hija.
"Maldito el día en que caí en eso", expresó Gutiérrez, quien contó que conocía a la víctima "desde siempre".
ENCUENTRO FATAL
Según contó Gutiérrez, a pedido de Britos, la noche del martes último, concurrió a su casa, situada en pasaje La Coruña 57, en el barrio San Vicente. Dijo que llegó a pie.
Allí lo estaba esperando el dueño de la vivienda. "Vas a ver hijo de p... -afirmó que le dijo Britos- y me ponía la pistola en la cabeza", contó. Conociendo sus antecedentes, Gutiérrez se asustó, según su versión, se agachó y luego tomó el arma que tenía Britos. Para respaldar su relato, Gutiérrez exhibió una lesión entre los dedos pulgar e índice de su mano. Luego, disparó. El cuarto estaba oscuro, contó. "Yo reaccioné en legítima defensa", repitió.
Tras los disparos, Gutiérrez abandonó la casa, a pie, como había llegado, según contó. En el camino, se encontró con unos chicos, a quienes entregó el arma, dijo.
Por último, Gutiérrez afirmó que no se entregó inmediatamente "porque tengo una nenita, no sabía qué hacer". Además, dijo que su idea no era huir, pero que quería asesorarse bien por los abogados.
Así, por consejo de los letrados, Gutiérrez se entregó ante el juez de turno y quedó detenido en Alcaidía, bajo el cargo de "homicidio".
LA INVESTIGACIÓN
Más allá del relato de Gutiérrez -quien está amparado por la ley, e inclusive puede mentir, sin que esto implique una pena- la Policía y la Justicia continúan, paralelamente, con la investigación. El objetivo es conocer las causas y circunstancias fehacientes en que ocurrió el crimen.
En las últimas horas, los investigadores han realizado siete allanamientos en busca de evidencias que puedan ser útiles para la causa. En este marco, una persona de apellido Romero, fue detenida, pero ayer al mediodía, recuperó la libertad. El hombre, sería el propietario de la motocicleta que habría utilizado el homicida para llegar hasta la vivienda de Britos. Sin embargo, Gutiérrez negó ante este medio, haberse trasladado en vehículo.
Por otra parte, los investigadores, tendrían confirmado que el arma de fuego que utilizó el homicida, sería un revólver calibre 32. Asimismo, se habría secuestrado el teléfono celular de la víctima, para analizar las llamadas telefónicas que recibió antes de su muerte, como así también los mensajes de texto que envió y recibió.
Una fuente vinculada con el caso, le dijo a EL INDEPENDIENTE que habría sido Britos, quien le envió varios mensajes de texto a la persona que lo asesinó, para que vaya a su casa.
La fuente, agregó que el sospechoso fue y encontró a Britos que estaba armado. Supuestamente, hubo un incidente entre ambos y en ese forcejo el arma se disparó.
EL PASADO DE BRITOS
Las fuentes consultadas y relacionadas con la causa han sido prudentes en afirmar cuál sería el móvil del homicidio. "Investigamos todas las hipótesis", dijo una de ellas. Sin embargo, la condición de homosexual de la víctima no es dejada de lado. En este sentido, los investigadores han recolectado datos para saber qué tipo de relación había entre Gutiérrez y Britos, ¿se conocían?, ¿eran amigos?, ¿eran compañeros?
Al conocer ese vínculo, se podría determinar o descartar la hipótesis de un crimen pasional. Por el momento, las dos hipótesis que tienen sustento serían: lo mataron por un ajuste de cuentas o se trató de un homicidio pasional.
El pasado de Britos, también se mezcla en esta historia. Una fuente judicial, confirmó que la víctima, "hace más de 15 años", fue condenada por el homicidio de una persona identificada como Carlos Nicolás Herrera. La Cámara Penal de La Rioja, le habría impuesto a Britos una pena de ocho años de prisión. Supuestamente, el móvil de ese homicidio fue pasional.
Al cumplir con la condena que le impusieron, Britos habría realizado una vida normal. Algunas personas que lo conocieron, comentaron que solía vender productos caseros en la puerta de ingreso del anexo del Nuevo Banco Rioja que está ubicado sobre calle Belgrano.
Fuente: elindependiente.com.ar
