En un primer momento, el hombre tomó como rehén a una mujer policía que pasaba por el lugar, a la que forzó a ingresar a la sala velatoria arrojándole gas pimienta. Fuentes policiales informaron a que dos policías vieron lo sucedido, por lo que intentaron calmar al hombre ofreciéndose como garantía a cambio de liberar a la mujer y a la dueña de la funeraria, que se encontraba en el lugar al momento de la toma.
El hombre, que estaba armado con cuatro pistolas, estaba "desequilibrado" y "se habia disfrazado de genderme", según confirmó el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli. En tanto, los rehenes fueron liberados en buenas condiciones físicas.
Todo comenzó alrededor de las 8 de la mañana, cuando un hombre vestido con uniforme similar al de Gendarmería Nacional ingresó en la casa velatoria Lans, ubicada en 144 y 24, y dijo que estaba realizando una investigación y que necesitaba hacer preguntas al encargado.
Sin embargo, algunas versiones indican que el hombre, de 23 años, llevaría una semana en la casa velatoria, donde ingresó diciendo que era gendarme y que estaba realizando "tareas de inteligencia", sin levantar sospechas en los dueños del local. En realidad, su intención habría sido seguir a una ex compañera de colegio, que vive en la zona y con la que estaría obsesionado.
De acuerdo con esa historia, habría sido el propio captor el que llamó al número de emergencias 911 pidiendo apoyo para su imaginario operativo.
Decenas de efectivos policiales montaron un importante operativo y rodearon la manzana. Miembros del Grupo Halcón se hicieron presentes en el lugar y un negociador mantuvo varios contactos con el hombre, hasta que concretaron su detención poco después de las 18.
Fuente: minutouno.com.ar