A pesar de pequeños desajustes en algunos conceptos vertidos en el acta de autopsia, los médicos remarcaron que lo que realmente tiene valor probatorio en la causa, es el informe final que ellos mismos elaboraron tiempo después, con los resultados de algunas pericias complementarias.
Andrada y Contreras coincidieron con sus pares Carlos Romero Gustavo de Alzaá, acerca de la mecánica del hecho y la causa eficiente de la muerte.
En tal sentido, ambos ratificaron la versión del ataque sexual como motivo del crimen, y del golpe en la boca de la víctima, que la dejó en un estado de semi inconsciencia, y posteriormente el puntazo en el pecho que le causó la muerte.
Remarcaron que en el cuerpo de la joven no se encontraron signos de defensa, pues las uñas estaban en perfecto estado, y no se detectaron restos de tejidos debajo de las mismas.
Luego declaró el oficial subinspector Diego Omar Sánchez, quien fue comisionado para investigar pistas sobre la desaparición de Rocío, cuando aun se la buscaba.
En esa tarea se entrevistó con los testigos mas importantes, quienes después fueron a declarar ante el fiscal Héctor Maidana.
Sánchez dijo que la primera versión fue la del auto azul con vidrios polarizados, que sostenían Carlos Coria y Nélida del Valle Nieto, en base a cuyos testimonios se buscaron vehículos de esas características, y de patentes similares a las que habían visto, pero esa línea no arrojó resultados.
Además recordó que la versión de Páez comenzó con Norma Morales de Castillo, alias “Coca”, quien le habría aportado el dato del remisero Cipriano Sánchez.
Entonces el investigador se contactó con Luisa Rial, Estela Falcón y otros vecinos, que afirmaban el dato de que Rocío subió a la moto de Páez, la mañana del 24 de octubre del 2006.
“Mi percepción como investigador, es que Páez tuvo alguna participación en el hecho”, insistió Sánchez, quien recordó que el lunes 30, cuando se encontró el cuerpo de Rocío y fueron a arrestarlo, un compañero suyo, el sargento Cruz, le contó que el sospechoso se encontraba en el fondo de la casa, como dando la sensación de que intentaba escapar por la tapia.
Otros testigos, como Elizabeth del Valle Páez, hermana del acusado, Rosa Ninfa Melo, suegra del acusado, o Cristian Javier Ponce, un medio hermano del imputado, declararon a su favor.
También Francisco Hugo Nieva, dueño de la casa donde Páez estaba trabajando en tareas de albañilería junto a su hermano. El testigo dijo que el acusado estuvo allí desde las 13.30 hasta las 18.00 aproximadamente.