El accidente ocurrió casi a las 4 de la madrugada en El Puestito Norte, a 5 kilómetros de San Marcos, en la zona noroeste de la ciudad.
Según la investigación de la Seccional 49, con asiento en el Bº Aeropuerto, de norte a sur circulaba una motocicleta Zanella 110 cc, conducida por Ramón Eduardo Pérez, de 33 años, con residencia en el barrio Santa Lucía. Lo acompañaba su pareja Rosa Marina Coria, 28, domiciliada en el barrio Santa Rosa de Lima, ambos en el oeste de la ciudad capital.
En sentido contrario, transitaba un colectivo Flecha Bus, al mando de Pablo Hernán Lencini, de 37 años, de la provincia de Córdoba.
El transporte llevaba más de 30 pasajeros desde Córdoba hacia Salta, de acuerdo con lo que explicó el conductor a la policía.
En una ruta totalmente oscura y de aparente tranquilidad, a la altura del kilómetro 1154 sobrevino el horror.
Angustia, en segundos
El colectivero narró: “Vi que de frente se venía la motocicleta. Lo hacía por su carril, pero en segundos cambió de mano y de allí se fue a la banquina’.
Lencini confesó sentirse consternado por aquellos instantes de pánico, al ignorar qué haría el otro vehículo.
“De la banquina volvió otra vez a la ruta. Justo cuando pasaba por nuestro carril (sur-norte) lo chocamos. Fue imposible evitarlo”, ahondó, visiblemente acongojado.
Con la motocicleta reducida a meros hierros retorcidos, la unidad del Flecha Bus cambió de carril y bajó hasta la banquina.
“Como pude controlé el volante, pero fuimos por la banquina fácil casi 80 metros hasta poder frenar”, agregó Lencini,quien sufrió heridas en la cabeza.
En medio de la desesperación, muchos pasajeros debieron ser contenidos por los conductores. Nadie entendía qué pasó, pero intuían que se trató de algo muy grave.
Efectivamente, uno de los choferes tomó una linterna y comprobó que una mujer y un hombre habían perecido debajo de las ruedas del transporte.
Desgarrador
El escenario era dantesco. Los cuerpos presentaban amputaciones.
Muy sensibilizado por el cuadro, un policía interrogó al chofer y pasajeros y deslizó que la teoría dominante es que el motociclista tuvo el mayor caudal en responsabilidad.
“Parecía que venía en zig zag”, habría señalado el colectivero, al relatar cómo se originó la tragedia.
La investigación también arriesgaría en que, quizás, el motociclista se durmió, sumado a un eventual agotamiento, hecho que conspiró y desató el luto en el norte.
De todos modos, la última palabra será de los expertos que tendrán a su cargo las pericias al colectivo y a lo que quedó de la motocicleta.
Ambos vehículos han sido conducidos luego hacia el edificio policial, por disposición del juez del Crimen de Cuarta Nominación, Doctor Miguel Moreno.
Fuente: elliberal.com.ar