Pero al regresar a la noche, advirtieron que la ventana estaba abierta, y que les habían robado un televisor y una garrafa.
Incluso los delincuentes se tomaron el trabajo de saltar una tapia de más de 3 metros de altura, y hasta sacaron los vidrios que había en la parte superior como medida de seguridad.
Pero el lunes, cuando el dueño de casa salió por solamente una hora, al regresar y les habían sacado todo. Esta vez se robaron dos garrafas llenas, un juego de sillas, una mesa, una cocina, las dos mesas de luz, un equipo de música, una caja de herramientas valuadas en $ 2.000, toda la ropa, una encomienda y otros electrodomésticos.
Detrás de la casa, los investigadores hallaron las huellas de una camioneta, supuestamente usada por los delincuentes para transportar los elementos.