El menor -oriundo de Tucumán- se había trasladado junto a su madre a Salta, para someterse a un tratamiento médico. Lo que nadie imaginaba era que aprovecharía la excursión para robar un automóvil.
El chico volvió a su casa y se apareció con un Fiat Uno color gris que –aseguró- le había prestado un amigo. Sin embargo, su padre no le creyó y comenzó a indagar para descubrir cuál era el origen real del vehículo.
Con insistencia y varias preguntas, el hombre logró que su hijo reconociera que en realidad el auto era robado y lo había sustraído –según cuenta El Tribuno- el día anterior en la calle Mendoza 1400.
El padre no dudó un instante y de forma inflexible decidió trasladarse a Salta, donde se presentó en la Seccional y dejó a su hijo a disposición de la Justicia. infobae.com