Nadie lo podía creer. Todos, mientras conocían la noticia, se trasladaron al lugar del hecho sin entender qué había pasado. Sobre la cinta asfáltica yacía su cuerpo. Allí estaba él: Se llamaba Antonio Lencina (49 años), pero lo conocían popularmente como “Sobaco i’ mono”.
Era, sin lugar a dudas, uno de los personajes que supo granjearse la simpatía de los vecinos, por sus ocurrencias, su fanatismo por Boca Juniors y sus gallos de riña, que muchas manifestaba su felicidad y su orgullo por cada uno de sus ejemplares.
El final de su historia terrenal terminó cerca de las 21.15 cuando intentaba regresar a su casa en la bicicleta, como cada día después de tomarse algo fresco.
Según testimonios policiales, Lencina, quien se domiciliaba en el paraje Puesto El Escondido, a tres kilómetros esta ciudad, camino a la localidad de Belgrano, había partido en una bicicleta todoterreno de color azul, que en el portaequipaje llevaba un pequeño bolso.
Cuando la víctima asciende a la bicicleta y empieza a desplazarse hacia el sector norte de la avenida San Martín, los testigos pudieron observar que por la misma arteria y en igual sentido, circulaba un camión que luego se supo que era un Ford Cargo 1722, dominio EVV-007, con acoplado marca Ombú, dominio FBE-293, de propiedad de la empresa de transporte de cargas generales de Antonio Chapero e hijos, de la localidad de Reconquista, provincia de Santa Fe.
El transporte era conducido por Lucas Ángel Aguirre Fernández (51), domiciliado en la misma ciudad.
Aparentemente había poca visibilidad en el lugar, aunque quienes se encontraban en el quiosco, donde momentos antes había estado la víctima, alcanzaron a advertir la proximidad del camión. “¡Cuidado con el camión!”, le gritaron a Lencina advirtiendo la inminente tragedia.
Aparentemente, el ciclista perdió el equilibrio cuando el camión con acoplado pasó por su costado. Lencina supuestamente golpeó contra el transporte y finalmente cayó al suelo, con tan mala fortuna que lo hizo debajo del acoplado, cuyas ruedas le pasaron por encima y le provocaron la muerte instantánea.
Testigos. Los testimonios de personas que se encontraban en las cercanías permitieron identificar al camión que protagonizó el accidente fatal. Entre ellas estaba la propietaria del quiosco donde había estado la víctima hasta momentos antes de la tragedia. Lencina, durante casi toda la jornada, había consumido bebidas en ese lugar.
Fuente/ elliberal.com.ar