Un rayo mató al caballo y su jinete se salvó de milagro, quizás por la montura

(DIARIOC, 20/01/2009) El comisario Carlos Nievas, a cargo de la comisaría de Nonogasta brindó detalles sobre este hecho que provocó el comentario y el asombro de los nonogasteños. Al respecto dijo que el sábado por la mañana en plena tormenta, Jesús Castro domiciliado en barrio Hipódromo de Nonogasta; se dirigía a su domicilio de regreso del campo donde fue a buscar el animal. A la altura de la finca denominada La Ponderosa, el animal fue alcanzado por un rayó y cayó fulminado, mientras que el hombre cayó al suelo siendo aplastadas sus piernas y cadera por el equino, aunque no sufrió los efectos del rayo.

Como pudo se levantó y arrastrándose llegó a la orilla de la ruta hasta que unos vecinos lo divisaron y corrieron en su auxilio, luego fue trasladado por una ambulancia al hospital de Chilecito donde permanecía internado.

El jinete presentaba algunas quemaduras menores en el cabello, y lesiones propias del golpe que recibió por la caída del animal y ser aplastados sus miembros inferiores.

Algunos conjeturaron que el hombre no recibió la descarga debido a la montura, pero a pesar de los especulaciones, lo cierto es que fue un milagro que Jesús Castro no haya sufrido mayores daños.

El efecto devastador de un rayo es casi el más espectacular de todos los fenómenos naturales. Los daños ocasionados por los rayos son consecuencia de una corriente de alta tensión más una repentina formación de presión y calor. Su caída se produce, sobre todo, en objetos de cierta altura y aislados.

El resultado es explosivo, a veces mortífero. El alcance del daño depende de la corriente que haya atravesado al objeto y de lo buen conductor que resulte ser éste.

Fuente/ elindependiente.com.ar