Eduardo Herrera, su esposa Mariana Zárate y dos niños de 6 y 9 años de edad, se fueron a descansar y cerraron todas las puertas y ventanas, olvidando encendido el brasero. Poco antes de la medianoche, un llamado telefónico alertó a la policía que una familia estaba intoxicada, y requerían con urgencia asistencia médica.
Al parecer uno de los niños fue quien alertó a sus padres, quienes rápidamente intentaron ventilar el lugar mientras los vecinos llamaban a la policía y al hospital.
La familia, bajo los efectos de intoxicación con monóxido de carbono, logró salir de la casa.
La ambulancia del hospital asistió a las víctimas y luego las trasladó a los hospitales, donde quedaron internadas.